Plaza de Toros

Fue construida entre 1879-1885 por una sociedad de treinta accionistas, por tres hermanos vecinos de Portugal, aunque se encargo de las obras el maestro alarife Domingo Alfonso de Amorín, conocido con el nombre de "Tío Domingo el portugués". Cuenta con piso y tendido, el primero dedicado a gradas.

Para llevar a cabo la obra se constituyó una Sociedad de treinta accionistas que sufragó el importe total de treinta mil reales, al precio de mil reales la acción.

Tras diversos usos el coso sufrió un total abandono. En 1948 el Ayuntamiento abre expediente encaminado a impedir que la Plaza de Toros, perteneciente a una Sociedad de vecinos y administrada por Don Bruno Rufo Labrador, saliera a subasta por debitos contraídos con la Hacienda Pública, proponiendo hacerse cargo del edificio como administrador para el municipio.

El descubierto con la Hacienda es debido a un espectáculo taurino dado por el empresario D Daniel Suárez Ramos.

En Sesión Ordinaria del Ayuntamiento celebrada el 30 de octubre de 1948, se informa al Pleno de todo lo acontecido, constituyéndose Comisión Gestora.

El Reglamento Taurino establece que para la realización de festejos taurinos con picadores, el ruedo de la plaza deberá tener una superficie igual a la de una circunferencia de diámetro 33m. Como el originario de la plaza era semejante a una elipse con un diámetro mayor de 34 m aproximadamente y uno menor de 31,50m, hubo de proceder a ampliarlo hasta conseguir, al menos, 33m medidos desde cualquier punto de la elipse.

El 16 de noviembre del mismo año, el Alcalde D Andrés Pascual como Presidente de la Comisión, dirige escrito D Bruno Rufo Labrador, maestro de escuela en Zalamea la Real (Huelva), comunicándole la disposición a satisfacer el descubierto que por contribución industrial tiene el edificio de unas tres mil pesetas aproximadamente. De lo contrario la deuda debería hacerse efectiva antes del 10 diciembre de 1948, en Aracena, para continuar con su administración.

En 8 de enero de 1949, la Plaza de Toros pasa a propiedad municipal.

Como consecuencia de la aprobación del nuevo Reglamento Taurino de la Comunidad Autónoma de Andalucía (Decreto 68/2008, de 21 de marzo) donde se establecían, entre otras cosas, las características mínimas que debían disponer las plazas de toro permanentes para la realización de festejos, se plantea por el Ayuntamiento la reforma de la plaza de la localidad, para lo que se realizan obras en el año 2009.

La plaza es de gran antigüedad y se encuentra ubicada en pleno casco urbano de la localidad, concretamente en una de las zonas más antigua, al principio de la c/ Los Linares.

Constructivamente está realizada aprovechando un gran desnivel existente en la topografía originaria del terreno, asentando el graderío norte sobre el propio talud del terreno mientras que el sur se apoya sobre muros de mampostería: uno exterior que es a su vez como cerramiento por la c/ Los Linares y uno interior que es a su vez barrera del ruedo.

Para ello se optó por proceder a la ampliación por el lado norte, es decir, por el lado donde aún se conserva el talud natural del terreno. Desde un punto de vista económico, resultaba bastante más atractiva la idea de aumentarlo por el graderío sur, pero la estrechez de este con respecto a la c/ Los Linares (unos 5 o 6 m) hicieron descartarla. No obstante, a medida que se procedía a agrandar el ruedo excavando directamente en el terreno, hubo que plantearse la alternativa anterior porque apareció una beta de roca donde la máquina ya no podía excavar, por lo que la solución final fue una intermedia de las dos iniciales.

La plaza carecía del número de burladeros mínimos para albergar este tipo de eventos, además de no disponer de un callejón. Esto último fue sido imposible realizarlo, pero se han ubicado 8 burladores con sus correspondientes troneras de protección.
Por otro lado, otras de las cuestiones planteadas en el Reglamento Taurino era la de poseer 8 chiqueros y diversos corrales anexos a la plaza.
En su estado inicial, la plaza presentaba un único patio y 6 chiqueros, los cuales se superponían unos con los otros. Esto obligaba a los operarios de la plaza a desembarcar las reses según un orden para que luego pudieran salir en función del número de lidia que les correspondiese. Igualmente, las condiciones de seguridad para los operarios eran mínimas, presentando riesgos de caída a los mismos.

En esa zona de la plaza se procedió a demolerla completamente, respetando el corral existente y realizando 8 chiqueros lineales. Estos se han diseñado de forma que puedan ser utilizados por los operarios con todas las condiciones de seguridad, siendo la parte superior una azotea transitable que abarca todos los chiqueros y parte del corral, donde pueden reconocerse adecuadamente las reses. No obstante, fue imposible por la falta de espacio la creación de más corrales, por lo que el actual se utiliza como corral de reconocimiento, como patio de caballos y como corral de arrastre.

En el momento de la obra se encontraba en vigor el Código Técnico de la Edificación, además del Reglamento de Espectáculos Públicos, que fueron las dos normativas básicas utilizadas para la adecuación de la plaza a sus usuarios.

La principal actuación en este sentido fue la realización de un pasillo inferior para permitir la adecuación de la circulación de espectadores. Debido a que el graderío norte va aumentando de altura como consecuencia del propio talud natural del terreno y para no reducir aún más el aforo (ya mermado por la amplitud del ruedo), se realizó el pasillo de circulación volado hacia el ruedo en esta zona.

Por la calle Traviesa y por la zona de los aparcamientos se ampliaron las puertas hasta lo máximo que la estructura permitía (mayores a 1,50 m) y se colocaron otras nuevas de fácil apertura desde el interior. Aprovechando esto, los dos accesos se han adecuado para el acceso de personas con movilidad reducida, garantizando un número mínimo de plazas para estas personas.

Todas las escaleras de acceso, tanto las de la puerta principal como las otras dos, han sido adaptadas a la nueva normativa, posibilitando así un mejor uso por parte de los espectadores.

Igualmente, la enfermería que se encuentra anexada a la plaza de toros, fue habilitada para su utilización por personas con discapacidad y por los equipos de emergencia. Para ello se han mejorado la instalación eléctrica, se ha dotado de alumbrado de emergencia y extintores (al igual que la propia plaza), dotación de un baño con agua caliente, etc.

Para permitir que la plaza fuese contemplada durante todo el año y no solo los días de festejos, se sustituyó la puerta principal de madera por una cancela de cerrajería artística.

En todo momento y como criterio general de la actuación se intentó conservar los elementos de interés arquitectónico, estéticos y sentimentales existentes en la plaza, diseñando soluciones que cumpliesen la normativa sin crear un impacto estético con la zona original de la plaza que se conserva.

En Zufre a 23 de Marzo de 2012.

D Israel López González.

Director de las obras de rehabilitación y arquitecto técnico municipal.